viernes, 7 de octubre de 2011

Esta es la historia de un niño que estuvo dispuesto a donarlo todo por salvar la vida de quien amaba...

Hace muchos años, cuando un médico trabajaba como voluntario en un Hospital de Stanford, conoció a una niñita llamada Liz quién sufría de una extraña enfermedad.

Su única oportunidad de recuperarse aparentemente, era una transfusión de sangre de su hermano de 5 años, quién había sobrevivido milagrosamente a la misma enfermedad y había desarrollado anticuerpos necesarios para combatir la enfermedad.

El doctor explicó la situación al hermano de la niña, y le preguntó si estaría dispuesto a darle su sangre a su hermana.

Por un momento, lo vió dudar antes de tomar un gran suspiro y decir; Si, lo haré, si eso salva a Liz.

Mientras la transfusión continuaba, el estaba acostado en una cama al lado de la de su hermana, y sonriente mientras los médicos lo asistían a él y a su hermana, veía retomar el color a las mejillas de la niña.

Entonces la cara del niño se puso pálida y su sonrisa desapareció. El miró al doctor y le preguntó con voz temblorosa: ¿A qué hora empezaré a morirme?

Siendo solo un niño, no había comprendido al doctor; el pensaba que le daría toda su sangre a su hermana... Y AÚN ASI, SE LA DABA...

El consejo de la historia: ¡Da todo por quién ames!

1 comentario:

  1. MUY BUEN CUENTO Y MORALEJA HAY QUE DAR TODO POR LOS SERES QUERIDOS

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